Prevenir siempre es una buena idea. También cuando hablamos de la salud auditiva. Así que para llegar a tiempo ante posibles problemas, las revisiones auditivas son claves. Si te preguntas qué se debe hacer antes de una audiometría, nosotros tenemos la respuesta: simplemente, no preocuparte.  Como verás tú mismo, se trata de un proceso rápido e indoloro pero al mismo tiempo, fundamental para conseguir un diagnóstico preciso. ¿Quieres saber más?

Si ya has programado una revisión auditiva con nosotros, vamos a adelantarte cómo la llevaremos a cabo.

Primero, una otoscopia para comprobar que no hay tapones de cerumen, inflamaciones internas, supuraciones o perforaciones. 

En segundo lugar, realizaremos una timpanometría. Esta prueba se realiza creando variaciones de presión en el canal auditivo que nos permiten observar la movilidad del tímpano y de los 3 huesecillos que transportan el sonido a la cóclea.

En realidad, estas dos primeras pruebas no nos indican cuál es tu nivel de audición pero sí nos permiten comprobar si tus problemas auditivos tienen un origen mecánico.

En segundo lugar, practicaremos una audiometría tonal por vía aérea. El objetivo es medir la audición de forma precisa y para ello, utilizamos un audímetro que emite sonidos a diferentes frecuencias e intensidades. En esta fase, comprobaremos los niveles de sonido que percibes. Por otro lado, también comprobaremos cuál es tu nivel de inconfort o, lo que es lo mismo, que intensidad de sonido te resulta incómoda. Este último dato resulta especialmente útil a la hora de programar unos audífonos ya que queremos que puedas escuchar correctamente pero de una manera cómoda. ¿Y dónde realizaremos estas pruebas? En una cabina totalmente insonorizada donde no hay entrada ni interferencias de sonidos o ruidos externos.

A continuación, realizaremos una segunda audiometría tonal, pero en este caso por vía ósea. Aquí nos interesa descubrir la capacidad de audición de tu oído interno. Lo que hace diferente esta prueba es que el sonido se emite a través de un vibrador que se coloca detrás de la oreja.

La primera frecuencia estudiada debe ser 1.000 Hz, para continuar hacia las más agudas y por último, las más graves.

Finalmente, una audiometría verbal o logoaudiometría para analizar la capacidad de distinguir entre sonidos de una misma palabra. El objetivo principal de esta prueba es lograr saber qué dificultades presentas a la hora de comprender el lenguaje hablado.

¿Verdad que es sencillo? Antes de que te quieras dar cuenta, habremos terminado. 

Tu revisión auditiva es importante.  Por eso, en Claso es gratis. 

Entonces, ¿qué debes hacer antes de una audiometría?

Ante esta pregunta, solo podemos responderte con una palabra: tranquilizarte. Es una prueba tan rápida y fácil, que no se requiere nada previamente. 

En ningún caso, realizaremos una audiometría si presentas procesos infecciosos tales como faringitis, sinusitis, bronquitis, otitis, etc. Tampoco si tienes un tapón de cera total y compacta. 

Y cuando salgas, podrás volver tranquilo a casa porque una audiometría no tiene contraindicaciones de ningún tipo. 

¿Sabías que ahora puedes hacer una audiometría online?

En nuestra página web, hemos creado un apartado donde podrás realizar un test auditivo desde casa. Para ello, solo necesitarás auriculares. No es una prueba diagnóstico pero te resultará útil para tener una aproximación.

Desde Claso, recomendamos realizar estas revisiones auditivas especialmente a partir de los 50 años. Sin embargo, ante cualquier indicio de pérdida auditiva o síntoma que te haga pensar que algo no va bien, puedes contactar con nosotros para evitar que vaya a más. Estaremos a tu lado desde el primer momento y eso significa que también en tu audiometría.