Audiometría Tonal
Si hacéis memoria, no hace mucho os hablamos de las revisiones auditivas. Cómo una parte importante de dicha revisión mencionamos la capacidad de escuchar tonos puros a través de unos auriculares. Pues bien, hoy vamos a recuperar esa información y la vamos a expandir. Hoy toca hablar de las audiometrías tonales.
Una audiometría tonal o de tonos puros es una prueba subjetiva en que se mide la sensibilidad auditiva de una persona. Decimos que es una prueba subjetiva pues se requiere de la participación activa del paciente, que deberá reaccionar cada vez que escuche un sonido bien levantando la mano, o apretando un botón, o la acción que el especialista haya considerado más adecuada.
Para esta prueba se utilizan unos cascos, y se debe realizar en un ambiente libre de ruidos; de hecho, se acostumbra a hacer en una sala insonorizada. La misión final es detectar el umbral de audición de la persona, es decir, el ruido más bajo que provoca una reacción en el oído de una persona durante el 50% del tiempo (por lo menos), y para tal fin ésta deberá mostrar su reacción a un seguido de tonos puros. Estos resultados se plasman luego en un audiograma, a partir del cual se puede diagnosticar el grado de pérdida auditiva del paciente.
Cómo hemos comentado, esta prueba requiere de una participación activa por parte del paciente, y también de una capacidad de comprensión suficiente como para que el procedimiento no se vea impedido ni interrumpido por parte del mismo. Esto implica que sea una prueba que se realice principalmente en adultos o en niños suficientemente mayores como para entender y colaborar con la prueba, haciéndola poco recomendable para niños pequeños.
Grados de pérdida auditiva
Esta prueba da como resultado el grado de pérdida auditiva del paciente. Hemos hablado bastante de este concepto, y a continuación mostraremos con detalle y precisión en qué consiste exactamente cada grado o rango de pérdida:
- Escucha normal (0–20 dB): Una pérdida auditiva de entre 0 y 20 dB entra dentro de la normalidad, y no será necesario ningún tipo de acción.
- Pérdida auditiva ligera (21–40 dB): Las personas que se encuentren en este rango de pérdida auditiva pueden empezar a sentir ciertas molestias o dejar de percibir algunos sonidos de poca intensidad.
- Pérdida auditiva moderada de primer grado (41–55 dB): Este rango de pérdida puede afectar al desarrollo del lenguaje y la interacción con otras personas. Puede empezar a ser complicado para una persona con este grado de pérdida auditiva escuchar una conversación normal.
- Pérdida auditiva moderada de segundo grado (56–70 dB): Aparecen dificultades con el habla y la capacidad de inteligibilidad verbal sobretodo en ambientes ruidosos.
- Pérdida auditiva severa (71–90 dB): La capacidad auditiva está muy deteriorada, siendo solo audibles los sonidos muy potentes.
- Pérdida auditiva profunda (>90 dB):En este rango podemos hablar prácticamente de sordera, y el paciente acostumbra a depender de elementos ajenos al sonido, como por ejemplo la lectura de labios o el uso del lenguaje de signos.
Como podemos observar, esta prueba da unos resultados bastantes relevantes, que si bien no detecta según que elementos de la escucha (como la direccionalidad del sonido) o lesiones concretas, sí es bastante concluyente en cuanto a nivel de pérdida auditiva del paciente, y da una idea bastante precisa de cómo se deberá actuar a continuación.
Si tu audición es un tema que te preocupa y quieres salir de dudas, esta es sin duda una prueba que te podrías plantear y que en muchos centros auditivos te realizarán sin problema, en los centros Claso te la realizamos de forma gratuita. Desde Claso, como siempre, te animamos encarecidamente que no dejes nunca de prestar atención a tus oídos, y si tienes dudas sobre cualquier tema relacionado con la escucha, no dudes ni un segundo en contactar con nosotros.