Según la Organización Mundial de la Salud 34 millones de niños padecen de pérdida auditiva discapacitante. Con pérdida discapacitante nos referimos a una pérdida superior a 35 decibelios en el oído que oye mejor. El oído es uno de los órganos de los sentidos con vital importancia para el aprendizaje y la comunicación. Desde el nacimiento percibimos auditivamente el mundo que nos rodea. El sentido de la audición nos ayuda a aprender, desarrollar e interiorizar el lenguaje oral de manera natural. Sin duda la audición cumple un papel fundamental para el desarrollo adecuado del ser humano. 

La pérdida de audición a temprana edad provoca un retraso en el aprendizaje y por ello debemos detectarlo precozmente para ponerle remedio cuanto antes. 

Cuanto más temprano se atienda a un niño con pérdida auditiva, mayor será la probabilidad de que alcance todo su potencial. Te preguntarás qué es lo que puedes hacer para saber si tu hijo padece de pérdida auditiva. A continuación te mostramos una lista de comportamientos y acciones que debería realizar un bebé con la audición sana y que tú puedes observar fácilmente en su día a día. Esta observación te puede dar una información relevante sobre el estado de la audición de tu pequeño:

Recién nacido

  • Tu hijo se sobresalta o da respingos al oír sonidos fuertes y repentinos. Puedes probar dando una palmada.
  • Cuando duerme se despierta al escuchar ruidos cercanos en espacios silenciosos.

De 2 a 6 meses

  • Los bebés reconocen la voz de sus padres y se tranquilizan al oírla, hacen silencio.
  • Busca con la cabeza y ojos un objeto que emite sonido. Prueba con una campanita o algún juguete. Poniéndolo detrás o al lado suyo debería buscar y dirigir la mirada hacia la fuente del sonido. Incluso puedes probarlo con tu propia voz.
  • Cambia su expresión cuando hay sonidos fuertes y repentinos o mientras escucha una voz.
  • Hacen sonidos con vocales.

De 6 a 12 meses

  • Contesta al habla haciendo ruidos (gorgeos).
  • Gira la cabeza y cuerpo al escuchar la voz de los padres.
  • Hace imitaciones de sonidos y/o sílabas.
  • Balbucea alto, ahora también incluyendo algunas consonantes y variando el tono.

De 12 a 18 meses

  • Puede repetir palabras de una o dos sílabas (mamá o papá).
  • Cumple órdenes sencillas como “ven” o “dame”.
  • Responden a su nombre.
  • Entienden cuando le nombran elementos comunes como podría ser “casa”.
  • Entiende expresiones como “hola”.
  • Responde a la música cantando o saltando.

Este es todo el progreso que debería llevar un bebé que tiene una correcta audición. Si aún habiendo analizado todos los puntos aún tienes la sospecha de que tu hijo tenga pérdida auditiva, consulta al pediatra cuanto antes. Él sabrá detectar si efectivamente hay una pérdida auditiva, su posible causa y cuál es la solución más adecuada. Recuerda que una rápida detección puede evitar futuras dificultades en el aprendizaje e incluso remediarlas en algunos casos.