En los últimos años, los grandes avances tecnológicos de los audífonos se han centrado en las prestaciones de conectividad, es decir, en la capacidad del audífono de conectarse al entorno digital de manera inalámbrica. Hoy en día, se puede recibir la señal de cualquier dispositivo móvil –en realidad, de cualquier fuente sonora, si le colocamos un micro cerca– mediante bluetooth, con lo cual se ha roto una barrera muy importante para la gente con pérdida de audición: la capacidad de oír bien cuando hay cierta distancia con el emisor del sonido. 

Y esto, claro, convierte el audífono en un aliado perfecto para que cada persona pueda seguir con su estilo de vida, desde personas a las que les gusta estar conectadas a las redes sociales –que quieren oír la canción que ha colgado un amigo en Facebook o ver un vídeo de Youtube que le han mandado por Whatsapp–, a gente mayor que igual solo necesita la conectividad para poder tener conversaciones por teléfono o para ver la tele. 

Pero ¿cómo funciona exactamente la conectividad? Muy sencillo: el audífono se programa para recibir la señal de un dispositivo móvil y actúa como un auricular, a la vez que mantiene sus funciones habituales, para que puedas seguir oyendo todo lo que pasa alrededor tuyo. De este modo, la conectividad nos permite que no tengamos que renunciar a rutinas que teníamos antes de empezar a tener pérdida de audición, como escuchar la radio o música en Spotify, ver una serie o tener una conversación con un primo que vive en la otra punta del mundo. 

En la audiología pediátrica, la aparición de la conectividad ha supuesto un salto increíble para que los niñ@s con pérdida de audición puedan seguir las clases con normalidad y su aprendizaje no se vea ralentizado. Cada día hay más colegios que incorporan en sus aulas sistemas de transmisión inalámbrica robustos que permiten transmitir señales sonoras incluso a más distancia que el bluetooth, que empieza a perder precisión a partir de los 10 metros. Con esta tecnología, la calidad del sonido que recibe el alumno es de primera calidad y esto tiene un efecto directo en su rendimiento escolar. 

Lo que sí tendrás que tener en cuenta, si todo esto que te estamos explicando te está interesando, es que la conectividad tiene un efecto directo en la duración de la batería. A mayor uso de conectividad, menos horas de pila tendremos. Pero la tecnología también ha avanzado en este sentido. Por ejemplo, aunque hablamos de bluetooth, el que usan los audífonos es un bluetooth más avanzado que gasta menos energía y actualmente las pilas pueden durar entre 4 y 8 días, aunque nos hayamos pasado el día conectados a dispositivos móviles. Y también existen los audífonos recargables, que van con batería de ion-litio, idóneos para gente que usa mucha conectividad, porque cambiar de pilas a menudo puede ser caro –si tus servicios asociados al audífono no contemplan la reposición de pilas– y engorroso. 

En conclusión, como te decíamos al principio de este post, la conectividad está pensada para facilitarte las cosas, para que no tengas que renunciar a nada: solo necesitas informarte de todo lo que puede ofrecerte cada audífono y elegir el que más se adapte a tu estilo de vida.