La historia de los audífonos
¿Sabías que los primeros audífonos eran cajas grandes y difíciles de manejar y ocupaban tanto espacio como una maleta pequeña?
No se parecían en nada a los pequeños audífonos digitales de hoy en día, que se pueden ocultar dentro del oído y tienen una reproducción de sonido casi perfecta.
Al principio, los audífonos eran pesados y definitivamente no eran adecuados para llevarlos en el cuerpo. Una prótesis de oído temprana consistía típicamente en un micrófono separado, un amplificador, auriculares y una batería voluminosa. Como el dispositivo funcionaba mejor cuando se colocaba sobre una mesa y se usaba con un par de auriculares, su uso era problemático.
Aunque la batería era grande, sólo duraba un par de horas cada vez, en las que la batería se descargaba. Además de todo esto, los audífonos tempranos eran caros y sólo unas pocas personas podían permitirse comprarlos.
Primeros audífonos portátiles
Ya en 1902, tres años después de que los primeros audífonos estuvieran disponibles, el audífono se hizo más ligero. Las personas con discapacidad auditiva podían ahorrar energía y comprar un dispositivo portátil más pequeño, que se podía llevar puesto, y funcionaba mejor que los modelos anteriores.
Aunque el diseño era más pequeño, el amplificador y las baterías tenían que colgarse alrededor del cuello y el micrófono tenía que sostenerse en la mano para que el usuario pudiera oír correctamente.
¡Las personas que utilizaban estos audífonos debían de haber llamado bastante la atención!
Además, el tamaño del micrófono variaba de acuerdo con el grado de pérdida auditiva, por lo que una persona con pérdida auditiva profunda se veía obligada a utilizar un micrófono grande con el audífono.
Los modelos de mesa grande fueron utilizados por muchas personas durante muchos años después de que se introdujeran los primeros audífonos portátiles.
El revolucionario transisto
Los audífonos portátiles y poco manejables se utilizaron, después de varias mejoras, hasta bien entrada la década de 1950.
Sin embargo, la invención del transistor en 1947 revolucionó la tecnología de los audífonos. Hasta entonces, las válvulas se habían utilizado en los audífonos, pero el transistor permitía construir audífonos más pequeños y mejores.
La capacidad de amplificación del transistor era superior a la de las válvulas y, como consecuencia, las pilas permitían que los nuevos audífonos se utilizaran durante períodos de tiempo más largos.
Las primeras personas con discapacidad auditiva que se cambiaron a los nuevos audífonos impulsados por transistores tuvieron que llevarlos en su cuerpo, pero al poco tiempo, los audífonos se volvieron tan pequeños que podían colocarse directamente detrás o por encima de la oreja.
Estos pequeños dispositivos significaban que las personas con problemas de audición ya no llamaban tanto la atención.
A partir de los años sesenta, se desarrollaron pequeños audífonos en el canal. Sin embargo, no eran tan fiables como los audífonos retroauriculares más grandes y visibles, que se sometieron a una mejora continua y se volvieron más discretos.
Tecnología digital
Todos los audífonos tenían en común la tecnología analógica utilizada para el procesamiento del sonido. El desarrollo del procesamiento digital del sonido llevó a mejoras considerables en la eficacia de los audífonos.
Los audífonos digitales están construidos con un pequeño ordenador programable y son capaces de amplificar millones de señales sonoras diferentes con gran precisión, mejorando así la capacidad auditiva de las personas con deficiencias auditivas.
A mediados de los años 80 se lanzaron los primeros audífonos digitales, pero estos primeros modelos no eran muy prácticos. No fue hasta unos diez años después que los audífonos digitales tuvieron éxito, con pequeños dispositivos digitales colocados dentro o detrás de la oreja.
En muchos casos, los nuevos audífonos digitales mejoran la capacidad auditiva de las personas con discapacidad auditiva hasta tal punto que incluso las personas con una pérdida auditiva profunda pueden llevar una vida casi normal. Hoy en día, los audífonos digitales marcan una diferencia decisiva en la calidad de vida de las personas.
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