Otitis serosa: causas y tratamiento

La otitis serosa es una enfermedad muy habitual en niños. En ocasiones es totalmente asintomática, mientras que otras veces viene acompañada de una infección que puede provocar problemas de audición. En determinadas etapas de la vida del niño también podría conllevar problemas en la adquisición del lenguaje y otros relacionados con el aprendizaje.

Seguro que ya te has fijado. En cada revisión médica de tu pequeño, el pediatra dedica unos minutos a su oído. Es normal y, además, es necesario porque la detección precoz es lo que permite llegar a tiempo para evitar que la otitis serosa se desarrolle. Y por cierto, a esta infección también se la conoce como “enemigo invisible”. Lo decíamos al principio: ni duele ni se despierta la fiebre, pero solo durante un tiempo. Mientras tanto, lo que sí ocurre es que se provocan cambios en el desarrollo del niño y se altera la percepción del sonido, afectando a las áreas auditiva y fonética, dificultando así su aprendizaje y atención.

¿Qué es la otitis serosa?

La otitis serosa consiste en una acumulación de líquido en el oído medio. Lo habitual es que no conlleve una infección, por lo que no suele ir acompañada ni de fiebre ni de ninguna clase de dolor. Lo cierto es que aunque parezca una ventaja, no lo es tanto. Decimos esto porque al no acarrear ningún tipo de síntoma en ocasiones es complicado diagnosticar que ocurre algo.

En realidad, se trata de un tipo de otitis media, también llamada secretora, por la presencia de un líquido en el oído medio. En la mayoría de los casos, es una secreción excesiva como consecuencia de un resfriado lo que produce este moco en el oído. Por eso, es una afección vinculada a los meses más fríos del invierno y, como curiosidad, se suele dar con más frecuencia en niños que en niñas aunque cuyo origen se debe a múltiples factores. Uno de ellos, por ejemplo, es que hay poca ventilación entre el oído y las estructuras nasofaríngeas, lo que que dificulta la evacuación del moco que queda retenido en el oído medio. Un factor desencadenante es una hipertrofia de amígdalas así como ciertas características estructurales de la Trompa de Eustaquio. Solo en los casos más graves, se puede producir una perforación timpánica al drenar el moco a través del tímpano.

Entonces, ¿cómo se diagnostica? La exploración del oído con microscopio es imprescindible pero se completa, además, con una audiometría infantil (cuando el niño tiene menos de 6 años) o con una audiometría normal en niños mayores.

De hecho, en muchos casos el único síntoma es la pérdida de audición. En el caso de los adultos, estos pueden percibir lo que está ocurriendo, pero en los niños es más complicado de detectar.

¿Cuáles son las causas de la otitis serosa?

Detrás de la otitis serosa se encuentra una causa principal, el crecimiento excesivo de las vegetaciones. De esta forma, se termina bloqueando la Trompa de Eustaquio, que es responsable de eliminar la mucosidad del oído para que no se acumule. Si el oído está ocupado por secreciones seromucosas no puede desarrollar sus funciones con normalidad.

¿Cuál es el mejor tratamiento para la otitis serosa?

Es importante que tanto en el caso de un niño como de un adulto, si se cree que padecen algún problema de audición o en el oído acudan al médico. Será el otorrino el que pueda diagnosticar cuál es el origen concreto del problema y dictaminar el mejor tratamiento. Vamos a quedarnos con lo importante: la otitis serosa no es una enfermedad grave. De hecho, con un tratamiento antibiótico y antiinflamatorio remite la infección aguda.

En ocasiones se puede recetar ciertos tratamientos para reducir la secreción de mucosidad. La otra opción es implantar unos drenajes transtimpánicos, que son unos tubos pequeños para eliminar la mucosidad. Además, evita que se acumule de nuevo.

¿Qué peculiaridades tiene la otitis serosa en los niños?

Otitis serosa: causas y tratamiento

Hay que tener en cuenta que si la otitis serosa se da niños, se debe estar atentos a posibles complicaciones. Como hemos comentado, es difícil diagnosticar el problema en principio, porque el pequeño no suele manifestar que ha perdido oído. Además, los padres tardarán un tiempo en darse cuenta de lo que ocurre. Un niño con comienzo de otitis serosa presentará problemas de atención, localización del sonido, dificultad para iniciar y desarrollar el lenguaje, especialmente la pronunciación y la formación de palabras.

Un niño que no oye bien tendrá diferentes dificultades relacionadas con el aprendizaje. La principal es el correcto desarrollo del lenguaje, sobre todo cuando el problema se da en los primeros años. Toda precaución está más que justificada.

Lo importante es que siempre que se tenga cualquier problema relacionado con la salud de los oídos se acuda al médico, sólo un otorrino podrá tratar lo que está ocurriendo.