¡Oye, sin complejos!
El primer paso para que una persona con problemas de audición vuelva a oír bien y recupere la normalidad en su vida, es que no niegue la pérdida. Sí, parece una obviedad, pero en general a todos nos cuesta mucho aceptar que no oímos igual que antes.
Lo cierto es que si preguntas muy a menudo "¿qué dices?", o si cuando estás en un bar con amigos a veces desconectas de la conversación porque te cuesta seguirla, o si empieza a no gustarte hablar por teléfono porque te supone un sobreesfuerzo, lo más probable es que tengas algún tipo de pérdida de audición.
Quizá es una pérdida muy leve pero, también en estos casos, llevar audífono te puede hacer recuperar la vida que llevabas antes. En contra de lo que tendemos a pensar, los audífonos no son solo para personas sordas o con pérdidas graves. En realidad, se usan igual que las gafas: si tenemos un problema auditivo, por pequeño que sea, el audífono hará que volvamos a oír bien y, a la larga, acabará formando parte de nuestra rutina, igual que lo hacen las gafas cuando la pérdida es visual.
Los audífonos, además, consiguen mejorar la calidad del sonido, para casos de lesiones neurosensoriales que nos hagan oír las cosas distorsionadas o "no tan fino" como solíamos. Y también pueden ser muy útiles para anular los pitidos o Tinnitus, emitiendo un sonido inverso a la frecuencia del pitido.
En definitiva, los audífonos consiguen normalizar la vida de las personas, más que dificultarla por el hecho de llevar un aparato en el oído: si oímos mejor nos comunicamos con mayor facilidad, y eso se traduce en mayor seguridad y libertad de quien usa el audífono, y mayor tranquilidad de los que lo rodean. Y de estos últimos es de quien queremos hablar para acabar este post.
No es fácil decir a tu pareja que tiene el volumen de la tele mucho más alto de lo normal y que debería ir al audiólogo, pero desde aquí queremos animarte a que lo hagas, porque mejorará su calidad de vida y vuestra relación volverá a ser como antes, sin tabús.
Y también queremos animarte a que no tengas miedo de llevar a tu hijo a un especialista si ves que no se comporta como los otros niños o niñas, o que le cuesta más aprender a hablar que a los demás. Piensa que el aprendizaje se basa en la imitación y que con problemas de audición es muy difícil imitar los sonidos. Si tu hijo tiene algún déficit auditivo, lo mejor es que se familiarice con los audífonos de pequeño.
¡Vayamos al audiólogo y usemos audífono cuando lo necesitemos! Soluciones para oír bien ya existen, ahora solo falta que las utilicemos sin complejos.