Qué es la hiperacusis

En el post anterior hablamos del problema de la hipersensibilidad auditiva o sensibilidad al sonido. Y dentro de ese post distinguíamos entre 3 dolencias concretas. Hoy vamos a hablar en profundidad sobre la hiperacusia.

Los ladridos de los perros, las risas, los teléfonos que suenan, el agua que sale de un grifo o las aspiradoras ruidosas son sonidos comunes y cotidianos... No muy fuertes - y ciertamente no dañinos. Al menos no al oído normal. No debes confudir esta dolencia con la hipoacusia.

Pero para las personas con hiperacusia, estos sonidos cotidianos pueden causar dolor, frustración e incluso terror. Se ha visto a niños huyendo de sonidos específicos, que les angustiaban, pero que son inofensivos para todos los demás.

La falta de comprensión es otro problema para las personas que tienen este problema. Con mucha frecuencia, se les acusa de ser hipersensibles, incluso histéricos.  Decir "Tu oído es demasiado bueno", es un error común.

Las personas con hiperacusia tienen una audición perfectamente normal. No son capaces de oír "mejor que nadie", pero lo que sí tienen es una tolerancia reducida a sonidos específicos y a niveles de sonido que normalmente no se consideran altos. Para algunas personas, el problema surge a niveles de sonido tan bajos como 25 dB, lo que hace que no puedan ser diagnosticados adecuadamente por el equipo normal de pruebas acústicas en la clínica del médico, ya que dicho equipo funciona con niveles de sonido mucho más altos: 80 dB o más.

Los expertos en este raro problema auditivo aconsejan a las familias y a sus médicos que, ante todo, sean comprensivos. Ser víctima de la "tortura acústica" ya es malo en sí mismo, pero la falta de comprensión y empatía de la familia y de los médicos no hace más que empeorar las cosas.

La hiperacusia puede ser una afectación particularmente difícil para los niños, ya que pueden tener dificultades para hacer que los adultos entiendan que cubrirse los oídos y huir del aula no es sólo "ser travieso", sino que es por una buena razón. Los médicos señalan que la cura para la hiperacusia no es ni el silencio ni los tapones para los oídos. Por el contrario, demasiado poco ruido puede empeorar el problema, haciendo que la persona hiperacúsica sea incapaz de llevar una vida normal. En cambio, las personas que sufren de una tolerancia reducida a los sonidos - hiperacusia - deben estar rodeadas de sonidos agradables y de bajo nivel en todo momento.

Se pueden utilizar radios a bajo volumen o incluso un generador de ruido especial para la estimulación constante, con el fin de ayudar al cerebro a reajustarse a los sonidos normales de la vida diaria.

La hiperacusia puede ser el resultado de un cambio en la función auditiva o puede ser secundaria a una lesión cerebral u otras condiciones de salud. Es común que la hiperacusia coexista con el tinnitus. La hiperacusia se controla a través del proceso de desensibilización.

 

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