Cambiar de audífonos es positivo y recomendable. ¡Da el paso!

 

Renovar tus audífonos significa actualizarse y entrar en contacto con las mejoras tecnológicas que año tras año los diversos fabricantes nos ponen a nuestro alcance. Todos ellos se esfuerzan para presentar periódicamente nuevos productos que se adaptan mucho mejor en cualquier ambiente sonoro. Esto quiere decir que respecto a los audífonos antiguos, los avances tecnológicos pueden suponer un cambio muy sustancial en la forma de volver oír bien. 

 

Si los audífonos que llevas tienen más de 5 años probablemente tienen muchas menos prestaciones que los que acaban de salir en el mercado. ¡El panorama cambia muy rápido!

 

Sustituir tus audífonos viejos por unos de nuevos implica detectar cambios en la escucha, algo que pasa en muchas otras situaciones. Como cuando conduces un coche nuevo o te montas en una bici que no es tuya. Las marchas o los pedales son un poco diferentes pero al poco tiempo te acostumbras sin problema.

 

Uno de los avances más significativos de hoy en día es que los audífonos actuales -sobre todo los de gama alta- tienen más de un programa y cambian automáticamente de uno a otro según el entorno sonoro donde te encuentras. Y es necesario, como ya hemos dicho en otros posts, pasar por un proceso de adaptación.

 

Renovar tu audífono abarca dos opciones: o bien cambiar de marca o quedarte con la misma.
Bajo nuestro punto de vista, es bastante aconsejable seguir con la marca que has usado hasta ahora porque facilita el proceso de adaptación ya que la sonoridad de cada fabricante es única y varía de unos a otros. Pero como antes de renovar tu audífono deberías hacerte una revisión del estado de tu audición, este consejo no está forjado en hierro. No tienes por qué casarte con una marca, al fin y al cabo tu audioprotesista tiene el deber de recomendarte el mejor audífono que se adapte a tu audición y a tu estilo de vida.

 

Como ya hemos dicho, cambiar de audífonos implica -al igual que la primera vez que te los pones- pasar por un proceso de adaptación. Durante la primera o segunda semana notarás cambios sustanciales pero el truco está en ser paciente, por que con el paso de los días empezarás a escuchar y a detectar muchos más sonidos que antes quizás no oías… ¡lo que implica mejorar tu memoria auditiva!

 

Además, estos cambios no deberían sobresaltar ni asustar a nadie. Si tienes los mismos audífonos desde hace años probablemente están obsoletos y son “medio analógicos”. Hoy en día la mayoría de audífonos son digitales y cuando te los renuevas, el salto cualitativo es muy grande y la calidad de audición mejora exponencialmente.

 

Ya que has roto la barrera de llevar audífonos y es algo que a muchos les cuesta, ¿por qué no renovarlos y apostar por escuchar aún mejor de cómo lo has estado haciendo hasta ahora?