La otitis en bebés se produce cuando hay una inflamación en el oído, ya sea con infección o sin infección. Se caracteriza por ser muy molesta, lo que aumenta la irritabilidad del niño, especialmente por las noches. 

La otitis se produce cuando el oído del bebé se inflama, habitualmente por una acumulación de moco que le puede provocar, simplemente, inflamación o llegar a causar una infección. La otitis se caracteriza por ser muy dolorosa, por lo que provoca una excesiva irritabilidad en el niño que en la mayoría de los casos llora desconsoladamente. 

Es muy común que estas otitis se produzcan durante o después de un catarro en el que el cuerpo ha generado mucho moco que no tiene por dónde expulsar, así que tener otitis puntuales es bastante habitual. Sin embargo, el problema llega cuando se convierten en otitis repetitivas en las que el niño supura pus o moco por el oído, ya que podría provocarle una pérdida de audición a largo plazo. En estos casos, un otorrinolaringólogo valorará la opción de llevar a cabo una pequeña intervención quirúrgica para reducir las vegetaciones del niño o ponerle tubos de drenaje en el tímpano. 

Cómo detectar la otitis en bebés

Cuando los bebés son muy pequeños y no son capaces de verbalizar si sienten dolor, lo expresan a través del llanto. Sin embargo, para diferenciarlo del llanto causado por otros motivos, deberás fijarte en si además, se toca la oreja, tiene fiebre o supura pus o moco por el oído. 

Habitualmente, el dolor empeora cuando el niño está acostado, ya que su fisonomía natural hace que los mocos de la garganta viajen hasta la zona del oído. De modo que los síntomas mejorarán cuando esté incorporado. 

Tratamientos para la otitis en niños 

La otitis, especialmente en niños, tiene distintos tipos de tratamiento. Dependerá de si la inflamación del oído va acompañada de una infección o simplemente hay moco acumulado sin causar infección. En ambos casos será necesario acudir al pediatra para que lo diagnostique. 

En el caso de que la otitis vaya acompañada de infección, el bebé presentará fiebre y/o supuración por el oído y será necesario administrarle un antibiótico. Por el contrario, si solo hay inflamación y cuando el niño se encuentra incorporado el dolor remite no será necesario ningún tratamiento específico para la otitis. 

Intervención quirúrgica: Reducción de vegetaciones o poner drenajes

Cuando las otitis son repetitivas deberá ser el otorrinolaringólogo quien valore el caso, ya que podrían generarle una pérdida auditiva a largo plazo. Según el caso, el especialista puede recomendar una pequeña intervención quirúrgica que incluya: 

  • Atravesar el tímpano con un pequeño tubito para que drene siempre por el mismo agujero la acumulación de moco. De este modo, se evitará que en cada episodio de otitis se perfore un lugar distinto del tímpano, causando rigidez y pérdida de audición a la larga. 
  • Reducir las vegetaciones, una masa de tejido ubicada detrás del conducto nasal que crece para evitar la entrada de bacterias que inhalamos y tragamos. Al crecer esta masa los conductos que viajan hasta el oído quedan menos ventilados, generando una mayor presión y acumulación de mocos que termina provocando la otitis.